La isla de los hombres solos (1968) por José León SánchezEn Costa Rica hay una isla llamada San Lucas donde no hace tanto tiempo se vivieron unos hechos horripilantes. Ahí, había un extinto penal donde algunos presos eran llevados a morir ahí, abandonados, maltratados y en unas condiciones inhumanas.
El protagonista narra la pesadilla que vivió, después de ser acusado injustamente por asesinato. La narrativa te engancha, no soy muy fan de leer libros tristes pero me costaba creer que lo que estaba leyendo sucedió en mi querida Costa Rica hace menos de 60 años.
Además, los ojos del autor intentan encontrar belleza en un lugar donde eso no existe. Pero él, aprecia la brisa del mar, los arbolitos, la playa, el sol...
Según el autor, Dios estaba mirando para otro lado porque no podía creer las cosas que pasaban en ese lugar aterrador. Un día, decide escribirle una carta a Dios:
“La verdad es que no debería pedirte nada porque yo sé que tú sabes que no creo en ti [...] No te pido un regazo de mujer. No te pido una carreta nueva. No te pido suerte porque no he tenido jamás un poco de suerte. Yo en verdad es que ni siquiera sé qué pedirte yo sé que tienes tantas cosas por hacer que procedes con errores, pues de no ser así no estaríamos alguno que otro inocente en este penal y tantos pillos juntos engordando por las calles de Costa Rica y hasta más de uno que vive explotando nuestra propia desgracias…. [...] Además, mi ruego es pequeño y no te puedes confundir: que haya papas más de una vez en el mes. Señor, que nos den papas….”
El anhelo de la libertad en su máximo exponente.
“Por la libertad yo daría una mano y un ojo y quizá las dos manos y también los dos ojos”.