top of page
Buscar

El arte de vivir con menos

Y es que a veces, menos es más, less is better.


Nunca me ha faltado de nada, material digo. He crecido así gracias a dos factores: el esfuerzo de mis padres, Joan y Esther, -que no ha sido poco y por el que voy a estar eternamente agradecida- y suerte. Suerte, de haber nacido en un país cuyo sistema permite a la mayoría de sus ciudadanos tener un techo, comida en la mesa, escuela a la que asistir, hasta actividades extracurriculares y la certeza de poder apoyar a sus hijos para que vayan a la universidad.

Gracias a todo eso, hoy por hoy, valoro las oportunidades que me brindó la vida. Valoro la fortuna de poder haber tenido una educación de calidad. Valoro los valores recibidos. Valoro haber tenido el coraje de decidir -por segunda vez en mi vida- donde quiero vivir. Este segundo lugar, mucho más sutil y sencillo que el primero. Ambos lugares ricos y pobres en diferentes temas, y no solamente me refiero a la economía. Mi primera elección, Londres, me mostró una vida llena de lujos y de personas poco dispuestas a prescindir de ellos. Viví en una casa donde, hace 10 años, la intensidad de las luces se regulaba con un iPad. Mi segunda elección, Costa Rica, me ha enseñado a vivir con menos. Residir en un pueblo alejado dificulta el acceso a muchas cosas -que al final son solo eso: cosas-, y te invita a plantearte si de verdad las necesitas, si estás dispuesto a pagar el coste extra que sabes que no valen, si te vale la pena o it’s value for money.


En Londres, casi toda la gente lleva botas de agua de la marca Hunter (valoradas en más de 100 pounds) mientras que en Costa Rica en muchas ocasiones no usamos zapatos. En la capital de Inglaterra puedes ganar entre 7 y 15 pounds por hora en hostelería mientras que en el país pura vida solo 3; aunque en Londres te bebes una cerveza por 3 pounds, en Costa Rica necesitas 4 dólares para poder disfrutarla fresquita en un bar. Vivir en un lugar en el cual tomarse una cerveza supone más de una hora de trabajo para muchos de sus habitantes te enseña a vivir con menos. Aprendes a saborear esa cerveza. Y al final, te enseña a no subestimar lo que de verdad importa : la salud, la tranquilidad, el estilo de vida que llevas, la seguridad dónde vives, la naturaleza, la felicidad.


 

Esta lección de vida no es casualidad, es causalidad. No es más feliz quién más tiene, si no quien menos necesita. No necesito la mitad de ropa que tengo, ya no necesito tener quita-esmaltes a mano, porque ya no me importa llevar las uñas pintadas siempre. No necesito tener el pelo largo para conservar mis recuerdos. Una buena amiga, de esas que cada día aprendes algo con ella, Amy, me explicó que en la cultura Cherokee el pelo es el lugar donde las mujeres guardan sus recuerdos, es identidad. Cortárselo no implica olvidarse de los recuerdos, pero empezar a construir nuevos. Toda mi vida he llevado el pelo muy largo, a veces, demasiado. Me propuse en el mes de Junio trabajar el desapego, et voilà, me he deshecho de cosas que no necesitaba, incluso de la mitad de mi pelo.


Necesitar menos es cuidar más. No solamente cuidas tu casa (con menos cosas),también tu billetera (con más dinero), tu orden (con más limpieza), al medio ambiente (con menos basura), a la sociedad (menos consumista) y tu creatividad (de crear o arreglar).


¿No sabes por dónde empezar, verdad? Yo tampoco lo sabía y todavía estoy en ese constante proceso de aprendizaje y adaptación. Pero, te puedo aconsejar que empieces from scratch ,o sea , por el principio. Primero, plantéate si necesitas todo lo que tienes. Lo más probable (siendo optimista, no realista) es que más de un 60% de lo que tienes no. Entonces tienes que preguntarte ¿cuán feliz me hace? Yo no necesito un cuadro que tengo colgado en la sala, pero me hace feliz cuando lo veo , me recuerda a mi viaje en México con mis bellas Nuria y Úrsula. Puedes poseer cosas que no te hacen falta pero que te hacen feliz. Trata de deshacerte de las que no precisas y encima, no te aportan felicidad. Los "por si acasos” que llevan más de un año creando polvo, pueden hacer muy feliz o satisfacer la necesidad de alguien cercano a ti, regálalo. Así también te sentirás venturoso. Asimismo, habrá cosas que podrás transformar su utilidad, necesitas think outside the box o abrir la mente y la creatividad. Por ejemplo, una de mis macetas favoritas era el antiguo recipiente plástico de líquido para lavadora; y la favorita de Mau proviene de un barril de cerveza (obviously). Una lata de garbanzos, sin etiqueta y bien decorada, es mi portalápices.


Así que te animo a darle una vuelta, es decir, give a second thought, a utilizar el domingo para hacer limpieza, no solo de cosas materiales, ya que al final también será depuración del alma. Intenta que "lo que pienses, lo que digas y lo que hagas estén en armonía" cómo dijo Gandhi , eso es la felicidad.


91 visualizaciones1 comentario

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page