top of page
Buscar

El poder del perdón


Y entonces me di cuenta. Hay que saber perdonar aunque no se reciba un perdón.

Nos pasamos toda la vida intentando entenderla, dando y buscando explicaciones; pero a veces solo es necesario digerirlas sin más.


Perdonar es un proceso voluntario y por ende, cuesta entender que sea necesario. Pero lo es, la paz interior es no negociable. Si no dejamos ir la rabia, el dolor o la venganza contaminamos dicha paz.


Hay diferentes tipos de perdón:

  • No somos robots, nos equivocamos. Y a veces nos toca pedir ese perdón. Le pedimos a otra persona que nos perdone por haberla lastimado o por haber hecho algo de manera incorrecta.

  • El perdón que nos pedimos a nosotros mismos por habernos traicionado, por haber actuado de manera no acorde a nuestra moral.

  • El perdón que le damos a otros. No significa exculpar a esa persona pero haciéndolo, nos sentimos liberados de toda amargura o rencor.


Qué poco se habla de él y cuán importante es. Tiene el poder de limpiar asuntos no concluidos y al mismo tiempo cerrar esos episodios dolorosos.


Hay que perdonar sin reservas, hasta aquello que para uno mismo es totalmente imperdonable pero sin dejar de ser realista: perdonar no es ingenuidad; y para ello se necesita humildad.


Pedir perdón me parece un acto admirable y desgraciadamente, hay personas que no son capaces de hacerlo. Es una pena no tener la valentía de reconocer errores y eso demuestra la incapacidad de querer mejorar cómo persona.


Este valor humano no libra de culpa, pero si te llena de humildad.


Nos pasamos la vida descifrando jeroglíficos que a veces solo existen en nuestra mente. Es parte del camino, pero solo nosotros decidimos qué pie calzar. No tenemos que entenderlo todo. Si te han hecho daño, defraudado o traicionado no te lamentes por que la vida te haya puesto personas así en tu camino, es una oportunidad de aprendizaje y así serás más fuerte.


Tú, y solo tú, decides qué tipo de persona quieres ser en la vida y vas a ver siempre las cosas con más claridad desde un alma tranquila. Los problemas nos ciegan, nos nublan los pensamientos, las emociones y las reacciones.

Lo que sentimos se convierte en nuestro estado emocional, lo que pensamos se convierte en nuestra mente, lo que amamos se convierte en nuestra pasión, lo que vemos se convierte en nuestra percepción, lo que comemos y entrenamos se vuelve nuestro cuerpo y lo que conectamos se vuelve nuestro espíritu.


72 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page