top of page
Buscar

¿Y tú, cuántas puertas ves?


Si eres una persona amante de la lectura como yo, no verás solo una, verás muchas. Cada libro es una diferente, y dentro de él lo más probable es que te encuentres más. Te transportan, te atrapan, te ponen ‘la piel de gallina o ‘give you goosebumps. Algunos libros te habrán hecho reír, llorar, reflexionar, incluso pensar “¡¿eh? pero si soy yo!” y después está aquel montón que son ‘time-killers’, para entretenerse, vaya (que a veces solo necesitamos 'matar el tiempo').

Mi amor por la lectura no viene de nacimiento y, sin embargo, lo siento como si siempre hubiera sido parte de mí. Pero los principios siempre son duros, recuerdo, que cuando iba a primaria nos obligaban a leer. Todavía puedo visualizar a la mini-Iris, tirada en la cama intentando terminar el maldito libro que no me gustaba nada. Maldito sí, en aquella época de mi vida, leer era un suplicio, peor que las matemáticas, si cabe, pero no para todos... ‘one man’s meat is another one’s poison o sea, ‘nunca llueve a gusto de todos’. Ninguno me tocó el corazón, aunque me vienen a la mente algunos títulos como Tres Sombreros de Copa o Manolito Gafotas. El primero porque tuvimos que interpretarlo en clase y el último porque hicieron una serie en la tele.

Fuera del ámbito escolar, mis tíos Jesús y María -a los que les estoy agradecida por una infinidad de no-cosas-; con mucho amor siempre nos regalaban a mi hermano Joan y a mí libros. Siempre trataron de incentivarnos al amor por la lectura y oye, lo consiguieron porque a día de hoy puedo acordarme de El zoo d’en Pitus que, si no me equivoco; se lo regalaron a mi hermano. Después asíout of the blue’, sin más, desaparecieron los libros de mi vida hasta que llegué a la Universidad.


Bueno que me enrollo más que una persiana (esta no me gusta en inglés: ‘to go on and on’). Gracias a mi profesor Rodrigo y su asignatura Literatura de los sXIX y XX, grandes como Toni Morrison, Tillie Olsen, William Shakespeare, Emily Dickinson, Mary Shelley… todos los días me acompañaban a la Uni en el trayecto de tren. Fue todo un reto comprenderlos en otro idioma, pero fue mágico leerlos en versión original. Entonces, empecé a cultivar mi interés por los libros y a crear mi propia biblioteca. Pasaron de permanecer en la mesita de noche meses hasta terminarlos, a desaparecer en semanas.


Y desde ahí, confieso que no hay momento en mi vida que no esté leyendo uno. A veces más rápido, a veces más lento, también hay que escuchar el ritmo interior. Y especialmente ahora, en la situación en la que estamos viviendo, me he convertido en una devoradora de libros. Cómo si tuviera prisa por terminármelos: apenas estoy llegando al final del que tengo en las manos que ya sé cuál será la próxima víctima. Me los como en días. No puedo negar que ha influido tener más tiempo libre de lo normal.


Leer es a la mente lo que el ejercicio es al cuerpo. Admito que estoy cuidando menos el físico y poniéndole más atención a la mente. De hecho, este blog ha nacido en la cuarentena, sino, dudo que hubiera existido. Otro proyecto que ha nacido ahí es un documento que estoy creando que se llama Los libros de mi vida, que ya otro día te lo explicaré; porque ha quedado muy bien nombrar a Shakespeare y a los demás pero, la verdad, es que no me acuerdo casi de ninguna trama. Ese proyecto es precisamente para evitar eso: que se me olviden, y así estoy creando un archivo eterno de la biblioteca de mi vida. También ha germinado otro proyecto que se llama TeaBook; así llamamos a la excusa que usamos María y yo para tomarnos un té mientras comentamos el último libro que hemos leído. Gracias por crear conmigo. Os invito a conocerla a través de sus obras maestras en http://espanolenruta.com/blog/ .Ella es una de esas personas que necesitas en tu vida.


Divagando en la etimología de la palabra protagonista del post, libro proviene del latín liber, que es la parte interior de la corteza del árbol, aunque en la India los escribían en hojas de palmera y los japoneses en rollos. ¿Sabes que principalmente se crearon con fines económicos, después mitológicos, literarios e incluso cronísticos? Hoy en día, hay libros para TODO. La llegada del mágico invento del libro electrónico ha permitido una rápida y fácil difusión cultural aunque se ha llevado por delante muchas cosas bonitas. No entiende de olores, grosores de hojas, tonalidades, portadas, contraportadas, marcapáginas... (gracias Núria por tu amistad, por tu don de scrapbooking y por estar siempre conmigo en mis libros desde hace 2 años). Agradezco a Kindle por poder compartir cuenta y libros con mi persona favorita en este mundo, mi mamá, pese a que estamos a 9047km.

Si me preguntas cuál es mi olor favorito, sin duda es el de un libro nuevo. Y si no estás familiarizado con ese olor, es tu momento. No lo compres online (qué poco me gusta decir en línea), acércate a la librería más cercana, busca, pregunta, indaga, déjate llevar por los colores, las portadas, la sinopsis, escoge uno y cómpralo.



Nunca es tarde para empezar. Estamos todo el día pensando qué comemos, cuántas veces hemos hecho ejercicio a la semana, qué podemos hacer para estar más a gusto con nuestro propio cuerpo… ¿Por qué no hacemos lo mismo con la mente? ¿Te has preguntado qué estás haciendo tú por ella? En inglés se dice ‘an apple a day keeps the doctor away’ pues yo te digo ‘a book per week, keeps your mind less weak’. Y en concreto ahora que me siento arropada por libros (que cuando no estoy trabajando, haciendo yoga o comiendo, estoy leyendo), me he dado cuenta de la infinidad de cosas positivas que me ha aportado viajar a través del papel (a veces del electrónico, a veces del que huele).


Desde que empezó el Covid me he engullido 12 libros. Estoy terminando el décimo tercero ahora, y si me preguntas si me han gustado todos pues te respondo que no. Algunos te enamoran desde la primera línea, otros te hacen bostezar desde la primera página. Igual que a las personas, hay que darles la oportunidad de que se desarrollen para encontrar la esencia. Unos te hacen reflexionar, otros te crean pesadillas y algunos te hacen llorar en el final.


Te recomiendo con todas mis fuerzas que le des una oportunidad a la lectura

si todavía no lo has hecho. Y si tienes en mente ESE libro que te ha tocado el corazón, ESE que fue tu mayor page-turner, ESE que te ha introducido a leer, ESE que siempre recomiendas, ESE que te marcó, por favor, me encantaría que lo compartieras conmigo. Sin duda, el mío es El Principito.








134 visualizaciones5 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page